Los clichés de mujeres en las novelas románticas que ya no aguantamos
Hoy amanecí con ganas de ponerle fuego a los estereotipos, así que agárrense, que vamos a ponernos ridículas y exigentes *risa de villana de telenovela activada*. No quiero quemar el mundo —para eso ya están los políticos—, pero sí quiero desahogarme sobre esos clichés de las novelas románticas que nos tienen hartas. Porque, amigas, ¿no están cansadas de leer siempre lo mismo?
Ojo, que yo amo el género romántico. Es mi refugio, mi Netflix personal, mi escape del tráfico y los jefes tóxicos. Pero encontrar una protagonista que se sienta real, que no parezca sacada de un filtro de TikTok, es como buscar una aguja en un pajar. Queremos mujeres que nos representen, con nuestras inseguridades, nuestros malos días y nuestras vidas caóticas. Porque no todas somos diosas, y eso está perfecto.
Soy la primera en defender las novelas románticas contra esos eruditos que las miran por encima del hombro mientras leen poesía en un café hipster. Pero, seamos sinceras, los tópicos de estas historias suelen encasillar a las mujeres en moldes que no representan ni al 10% de nosotras. ¿Por qué no nos dan protagonistas que se parezcan un poco más a la plebe? Vamos a desglosar los clichés más cansinos.
Clichés que nos hacen rodar los ojos
(exagerados a propósito, porque así somos)
- La solterona de penthouse: Desastrosa en el amor, pero vive en un rascacielos en Nueva York o París, con vistas que harían suspirar a cualquiera. Sufrir por un galán desde un ático de lujo no es lo mismo que hacerlo en un bus atascado en el tráfico de Bogotá. #LatinoaméricaTeAmamosPeroBasta. Yo también soñé con un penthouse, pero mi realidad es pelear por el último café en la oficina.
- La torpe con trabajo de ensueño: Todo le sale mal, pero milagrosamente trabaja en una editorial top o una agencia de modelos. Y, en plena crisis existencial, ¡pum!, aparece un CEO que parece sacado de un video de Bad Bunny. En la vida real, tenemos jefes tipo Armando Mendoza de Betty, la fea, y el sueldo no alcanza ni para un café en starbucks.
- La “yo no fui” que enloquece: No todas mordemos nuestros labios como Anastasia Steele y hacemos que los hombres caigan rendidos. Ni nos quitamos los lentes, nos soltamos el cabello y nos convertimos en diosas de portada. En la vida real, quitarnos los lentes es más bien un desastre estilo Mr. Magoo.
- La caprichosa irresistible: No todas doblegamos a los hombres con pucheros y sonrojos, como si fuéramos influencers en una telenovela. Los berrinches no hacen que el mundo corra a nuestros pies, salvo quizás el perro de la casa.
- La gordita de mentira: Si es “gordita”, tiene ocho libras de más (hola, Bridget Jones) y una actitud que arrasa. Esa que está gorda en los lugares correctos (senos, caderas, trasero) y sufrió bullying del galán rubio estilo Capitán América, pero —sorpresa— él siempre la amó en secreto. El rayo del amor lo cambió, blah, blah, blah. En la vida real, el galán no confiesa nada, y punto.
- La latina explosiva: Si es latina, es una bomba sexy con curvas que detienen el tráfico y un talento para el cha-cha-chá que ni Shakira en sus mejores días. ¿Personalidad? Más bien pechonalidad. Porque, claro, todas bailamos salsa como profesionales, ¿no?
- La Elizabeth Bennet inalcanzable: No todas tenemos el ingenio de Lizzy Bennet para callar a un Darcy con una frase épica. Muchas tartamudeamos, nos ponemos rojas y terminamos diciendo algo como “eh… sí, claro”.
La realidad que queremos leer
(con un toque de drama, pero sin generalizar)
- Algunas tenemos un mal genio que asusta hasta a nosotras mismas. No es cute, es real.
- Vestimos ropa holgada porque la comodidad gana. Y sí, pasamos de la risa al llanto en cinco minutos, sobre todo esos días del mes.
- Algunas dependemos de los lentes, porque sin ellos parecemos camaleones perdidos en un cruce de miradas.
- Somos chaparritas o altísimas, pero no siempre elegantes. Tropezar con el cable del cargador no es de diosa.
- Nuestro cabello no brilla como comercial de shampoo. A veces es un desastre que ni el mejor filtro arregla.
Repito, porque nunca está de más: amo las novelas románticas. Son mi escape, mi terapia, mi momento de suspirar. Muchas de mis protagonistas favoritas son clichés, y las adoro, pero a veces quiero leer algo que me haga decir: “¡Esto soy yo!”. Quiero mujeres que quemen el café, que lidien con el transporte público, que no sean perfectas. Porque la realidad también puede ser romántica, ¿no?
Seguro me faltaron clichés por desmenuzar. ¿Cuáles las tienen hartas? ¿La latina explosiva o la torpe que conquista al CEO? Déjenme sus ideas en los comentarios y recomiéndenme novelas con protagonistas reales, de esas que no parecen salidas de un casting. ¡Vamos a armar una lista que rompa moldes!
JAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJA... ESTOY LLORANDO DE RISA, LITERALMENTE.
ResponderBorrarEn general la protagonista con curvas tiene un abdomen plano (cuando describen las caricias pre o durante una situación amorosa) o como mucho su abdomen es levemente redondeado.... No importa que tan gordita fue la descripción del personaje EL ABDOMEN ES PLANO. No se cómo es físicamente posible.
Nunca vi una protagonista con acné adolescente... (en la lotería genética me tocó DE POR VIDA!!!! ya que mi organismo lo genera (cualquier excusa / motivo es buena, pero en general es porque puede), sepan disculpar, PERO QUÉ ADOLESCENTE NO TIENE ACNÉ JAMÁS DE LOS JAMASES... ES POR ESO QUE OTROS TIENEN TODA LA VIDA, PARA COMPENSAR AL COSMOS????
Algunas tienen la desgracia de tener unas "horribles" pecas... Amo las pecas y los rulos (cosas que no tengo, claramente).
Y, si bien es cierto que nunca las protagonistas tienen canas (por que son jóvenes y la lotería genética les favoreció en más de un aspecto, aunque no lo sientan así), cuando describen a alguna madre o padre o persona más mayor que ellos (DIOS... SOY MAYOR!), las canas son "hilos de plata"... Nunca una cana parada dura que no hay forma de acomodar, no importa cuánto te esfuerces... Tengo algunas pocas de momento, pero todas tienen vida propia.
Sigo riendo mientras escribo. Muy divertido, ocurrente y catártico este Post.
Me siento muy identificada con "algunas realidades"... por no decir con todas.
Gracias por la risa!!!
Abrazo enorme.
PD: Cuando leí *insertar risa malévola de villana de novela latina*, pensé en Soraya Montenegro.
PD2: no hay emoticones porque estoy en la PC, pero sepan que me duele su ausencia.
Ay miranda, que presionada me siento, no soy como esas perfectas protagonistas de libros..
BorrarEn realidad no creo que existsn mujeres tan perfectas, talentosas y virtuosas.
Sabes cual me falto que es de lo peor.. La virginal. Esa que ha rechazado a todo el mundo, nunca se ha acostado con nadie y tiene mas de 20 años, pero ojo, no es por falta de pretendientes, ya que ella es un bombón que tiene a todo hombre que conoce - y aun no conoce a sus pies - 😬😬 pero sabes que es lo mas absurdo, que ella desconoce lo atractiva que resulta 😅😅 para mi son de los mas idiotas. Pero bueno. Conocen al peor tipo posible (matón, bueno millonario también pero matón) y con ese si se acuesta, justo dos capítulos después 😂😂,.. ( y si, creo que describí a Anastacia Steel,)
Esas mal llamadas "gordita" solo son gordita a donde le interesan a los hombre (cadera, pecho y trasero) y ojala alguien me desmienta. Porque tal como dices, sus abdomen siempre son planos, no importa lo mucho que les guste el chocolate, siempre son curvas en los lugares correctos.
Y las pecas, yo tengo pecas en la nariz y en los Pómulos (normal por el sol caribeño) pero da frustre como lo utilizan como símbolo poco atractivo..
Y de que te sorprende, si todas tenemos una cabellera de lo mas manejable, nunca hay un pelo fuera de lugar, si de casualidad se nos escapa uno, somo bellas y nos vemos adorables. Así que porque tener algunas camas 🤡🤡
Demasido perfectas somo!! Que agotador 🙁
Anastasia Steele podría ser la típica protagonista de las novelas de los 80/90 (hace mucho que no veo novelas así que no se si siguen con el arquetipo)... Si bien no era de una clase social extremadamente baja, ni era la trabajadora doméstica de la mansión del millonario, tranquilamente podría ser una reversión de María la del Barrio o Marimar, por citar algunas, sin las peculiaridades del Sr. Grey (entre que no quiero espoliar por si alguien aún vio la peli o leyó los libros y los moderadores, esta fue el eufemismo que me salió. Si, leí los libros y vi las pelis... pero eso es harina de otro costal).
BorrarAgotador??? Si ser hermosas, brillantes, divertidas y encantadoras, perfectas por naturaleza, además estudiar, trabajar, tener familia, hacer los quehaceres domésticos, y todo sin despeinarse es lo más normal del mundo.
Aferrándome al sarcasmo y haciendo una simplificación (horrible, injusta y desproporcionada) de parte de la literatura romántica (pero no toda, GRACIAS A DIOS Y A MARAVILLOSOS AUTORES), podríamos decir que las mujeres son de Venus y los hombres de Marte o retrocediendo a nuestra más tierna infancia, las mujeres son Cenicienta y los hombres son Príncipes Azules.
BorrarNo hay que dejar que pierda el encanto una buena historia de amor (espero no me mal interpreten, me encantan!), pero hasta Carrie Bradshaw tuvo su momento de Cenicienta con zapatos azules con su amado (y millorario) Mr. Big.
Una vez más te felicito por tu post, al que me adhiero totalmente.
ResponderBorrarUna cosa que siempre me ha asombrado de las protas es que, aunque sean muy modestas (prácticamente, pobres)...¡siempre tienen un modelito aparente con el que acudir a la cita imprevista con el millonario!
Eso se llama "fondo de armario" en mi tierra. ¡ Pero yo no conseguí nunca tener uno ! ^^
Besos, Mariad.
Mariad, gracias por comentar. Me da una alegro cuando encuentro un comentario tuyo 😊 y últimamente has estado activa. 👌🏻..
ResponderBorrarSi es complicado no sentirte mas representada en una personaje que de supone que nos debe de "representar" y si, también recuerdo muchos libros 📚 con esas escenas de fondo de armario el cual tampoco tengo. 🤡🤡
Y bueno, de eso hablaba en el post. De ser mas reales esos personajes
Otra posibilidad es la que, careciendo de un fondo de armario propio, consigue al último minuto un vestido espectacular que con sólo un par de puntadas le queda pintado y resalta todo su atractivo desconocido hasta este momento culminante.
BorrarSi, verdad? O cuando la amiga se lo presta porque tienen casi la misma talla 🙄
BorrarAndy que placer.. Un gusto también ( ya que no recuerdo un comentario tuyo en el blog)
ResponderBorrarMe alegra saber que estamos en sintonia y que no quede como la lectora resentida 🤡🤡 y que muchas se han sentido algo representadas..
Espero seguir sabiendo de ti 😊
Es verdad, de pronto, como si hubiese intervenido un hada madrina, se encuentra una ganga, se la arregla...¡y a triunfar!
ResponderBorrarTodo eso es riduculo... o alguien que me diga... ¿ Donde encuentro mi hada madrina? porque en mi manual de usuario no me llego una..
BorrarAme todo del post y los comentarios.
ResponderBorrarGracias
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