Trilogía Monster in his eyes -J.M Darhower
01. Monster in his eyes
Ignazio Vitale no es un buen hombre.Lo sospecho la primera vez que lo veo, siento la peligrosa atmósfera que rodea a ese hombre. Tiene una forma de llamar la atención, de tomar el control, de saber lo que estoy pensando antes de que incluso lo sepa.
Es alarmante y seductor. Oscuro y mortífero. Todo lo que alguna vez he querido pero la última cosa que realmente necesito. Una obsesión.
No le toma demasiado tiempo enredarme en su red, meterme en su cama y atraparme en su vida, una vida de la que no sé nada hasta que es demasiado tarde. Tiene secretos, secretos que no puedo comprender, secretos que me impiden alejarme, sin importar cuánto le ruego que me deje ir. Lo veo en sus ojos a veces, una oscuridad que es tanto aterrorizante como emocionante. Es un monstruo envuelto en un buen paquete, y lo que encuentro cuando lo desenmascaro lo cambia todo.
Quiero odiarlo.
A veces lo hago.
Pero no eso no evita que lo ame, también.
02. Torture to her soul
Torture to her soul, segundo libro de Monster in his eyes
No lo digas a menos que hables en serio… Es un concepto simple, uno que he repetido varias veces, pero es algo que la gente no parece comprender. Debes elegir cada sílaba con cuidado, porque nunca se sabe cuándo alguien te hará cumplir tu palabra. Alguien como yo. No soy un buen hombre. No lo soy. Lo sé. Tengo suficiente oscuridad en mí interior como para librar al mundo de cada punto de luz. Pero hay uno que nunca podría lastimar, una luz que no pude obligarme a extinguir. Karissa.
Ella piensa que soy un monstruo, y tal vez lo soy. La provoco con mi tacto, disfruto torturando su alma. Pero no soy el único. El mundo está lleno de monstruos, y no soy el más peligroso ahí fuera. Ni siquiera cerca… Dios me ayude, la amo. Lo hago. Y Dios ayude a cualquiera que trate de apartarla de mí.
03. Target on our backs
La mejor manera de mantener tu palabra es nunca darla. No
hace mucho tiempo, en una capilla en Las Vegas, juré amar a Karissa por el
resto de mis días.
Pero nadie ha
prometido una cantidad infinita de mañanas. Nadie ha prometido un para siempre.
A veces, todo lo que nos queda es el hoy.
Carpe Diem. Vive el
momento. Debería haber terminado, deberíamos ser felices, pero la gente me está
haciendo difícil vivir en paz.
Tengo tanta sangre en mis manos que nunca estarán limpias, y
alguien parece querer que pague por ello. El “Felices Para Siempre” siempre
tiene un costo, uno que cualquier hombre de verdad estaría dispuesto a pagar.
Pero eso no significa que voy a darme la vuelta y aceptar esas consecuencias. ¿Por qué cuando se trata de la mujer que amo? ¿La vida por la que he luchado? Nadie está a salvo.
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